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Pareciera que desde nuestra cultura aprendemos a querer en vez de a amar. De hecho generalmente es más común escuchar un te quiero que un te amo. Seguramente podrán decir que simplemente son sinónimos, pero a mi entender no son lo mismo.
Cuando pensamos en querer, generalmente lo asociamos con querer tener, o sea con propiedad. También algo común es que queremos que el otro sea como nosotros queremos que sea, como nuestra expectativa dicta que debe ser. De esta manera nos distanciamos del otro, lo negamos y terminamos relacionándonos no con el otro sino con nuestra expectativa del otro. Y por supuesto algo le pasa al otro con esto.
En cambio al amor lo entiendo como ver al otro en su totalidad sin matar nada de su ser. Entendiendo que no hay que corregirle nada, que no hay que cambiarle nada, que lo acepto con todo lo que me gusta y con lo que no, ya que todo eso es el otro. Desde aquí construimos otro tipo de relación, es algo muy distinto lo que se vive.
Como decía Saint-Exupéry en El Principito: si quieres a la rosa la cortas y te la llevas, si la amas la riegas.
A veces sucede que alguien dice que ama a su pareja o a sus hijos, pero no se relaciona desde el amor y en cambio se relaciona desde la exigencia, o desde la culpa, o desde el miedo o desde el enojo, y por supuesto esto complica la relación.
¿Aceptamos al otro tal cual es? ¿Qué nos impide hacerlo? ¿Qué pasaría si amamos al otro? ….
¿Cómo sería tu vida si te relacionaras desde el amor?
Dejanos tus comentarios.
Un abrazo, buenos vuelos y cielos azules.